martes, 6 de noviembre de 2007

El buen pastor tiene poder de síntesis





La película de Robert De Niro, "El buen pastor" relata la historia de la creación de la Central Intelligence Agency (CIA). Matt Damon personifica a Edward Wilson, un norteamericano patriota que cree en la importancia del espionaje y que aprendió el valor de la discreción y del honor en su trágica y privilegiada infancia.

Por el año 1939, estudia en la universidad de Yale y una sociedad secreta llamada Skull and Bones – de la que luego saldrán muchos líderes- lo invita a unirse, porque posee todos los requisitos necesarios para ser parte de su fraternidad. Es inteligente, posee una reputación impecable, una moral atípica y fe en los valores americanos. Estos atributos lo convierten en el perfecto candidato para ser un agente secreto según los criterios de los que deciden la suerte de los potenciales miembros.

Wilson empieza a trabajar durante la II Guerra Mundial en el Office of Strategic Services (OSS), la Oficina de Servicios Estratégicos, precursora de la CIA. Su ingreso dará un importante giro en su vida y, en cierta medida, ayudará a conformar la historia y el presente: Edward Wilson y sus compañeros, sin advertirlo, crean lo que hoy es una de las agencias más importante de espionaje.

Es tanto el amor por su trabajo, que lentamente Wilson deja su vida de lado. Como es uno de los miembros fundadores de la CIA, una organización en la que la duplicidad está a la orden del día, nada debe ser lo que parece y la mentira es moneda corriente. Poco a poco, su vida, reflejo de un mundo que acaba de entrar en la larga paranoia de la Guerra Fría, se convierte en una duda constante y en una desconfianza atroz.

Es tanta la duda y la falta de confianza en el ser humano en general, que este agente inventa algunos métodos para reconocer al tipo de persona que tiene enfrente y así identificar la mentira o la verdad. Estas técnicas se convierten, con el pasar del tiempo, en procedimientos estándares y él pasa a ser uno de los agentes de más peso de la Agencia, mientras combate sin tregua al KGB.

Cuanto más avanza en su labor, menos trato tiene con su familia. Ni siquiera se interesa por su esposa Margaret, de apodo 'Clover' (Angelina Jolie), y su hijo (Eddie Redmayne). Con el tiempo esto se le vuelve en contra y su familia se va alejando.

Este film de Robert De Niro, con guión de Eric Roth y producción de James G. Robinson y Jane Rosenthal dura más de dos horas y media y tiene como actores a personajes de Hollywood como Matt Damon, Angelina Jolie, Alec Baldwin, John Turturro y, obviamente a De Niro.

Sin duda es una historia muy impresionante y además interesante, que deja entrever los códigos y la formación de lo que representa gran parte de la cultura estadounidense, la CIA. Sin embargo, la película se torna inaguantable y es, sin sentido, interminablemente larga. Es decir, con una hora menos, la historia se hubiera entendido y la película habría sido todo un éxito. Esa hora de más, genera en el espectador una mala sensación que lleva a calificar la obra entera como “aburrida”, cuando en realidad, la trama es atrayente.

De todas maneras, hay que destacar la producción, que sin dudas es magnífica y la actuación de Matt Damon que siempre sorprende. El rol que le toca interpretar a Angelina Jolie, no es digno de ella, no se luce. Su porte, su experiencia y capacidad hacen que el papel que le dieron, le quede chico o que no encaje con su personalidad. Otra actriz con menos carácter, hubiera estado perfecta para el personaje. Es una película sobreproducida, en todo sentido. Por eso, es digna de un Buhhhhh.

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